viernes, 6 de diciembre de 2013

Cómo saber si tu bebé sufre cólicos. Consejos para los padres

Aprender a identificar los cólicos del bebé


Existe la creencia de que cuando un bebé llora lo que le sucede es que tiene hambre. Ahora bien, cuando llora desconsoladamente y no se calma con nada, empezamos a sospechar que es otro el motivo. Cuando esto  sucede varios días, casi siempre se les suele decir a los padres que su bebé padece cólicos. Pero, ¿Realmente es así?
 
Hay otras causas que pueden desencadenar llanto prolongado en el bebé además de los cólicos. Por ejemplo; el estrés del parto, la tensión acumulada durante el día, son factores que pueden provocar llanto emocional sin estar relacionado con un problema del sistema digestivo.  
 

 
Para identificar la causa deberíamos hacernos varias preguntas:
 
¿Cuándo se produce el momento del llanto? ¿Es al final del día o en diversos momentos?

¿Come muy deprisa el bebé? ¿Le cuesta hacer el eructo?
 
Si el bebé llora en diferentes momentos, durante o después de la toma, come muy rápido y con ansia, y le cuesta eructar, lo más probable es que lo que padezca sean gases, que seguramente vaya almacenando durante las tomas y eso le produzca dolor y malestar. Incluso a veces, se pueden notar las burbujas de gas en su tripita.
 
En el caso de que el momento de la crisis de llanto se produzca al final del día, sea muy duradera e imposible de calmar, habría que preguntarse:
 
¿El tipo de llanto es más agudo o se acompaña de otros signos que nos puedan indicar si el bebé tiene dolor? Por ejemplo, el bebé se arquea, flexiona las piernas, se retuerce, su abdomen se tensa. Esto sucede porque durante el cólico se produce un movimiento espasmódico del intestino, es decir, se contraen de golpe y fuertemente los músculos y eso produce dolor.

Por otro lado, es muy importante que los padres aprendan a diferenciar el llanto del cólico del llanto emocional. El llanto emocional le sirve al bebé para descargarse de las tensiones acumuladas durante el día, pero no es tan largo y es más fácil de calmar. Además no va acompañado de los otros signos.
 

¿Qué son exactamente los cólicos y por qué suceden?

 

Los cólicos del lactante se definen como el espasmo o contracción dolorosa del intestino. Suelen aparecer entre los quince días y los tres meses de vida, aproximadamente. Parece que el intestino del bebé provoca estos movimientos espasmódicos para activar el peristaltismo, es decir los movimientos involuntarios que en condiciones normales tenemos todos y que hacen avanzar la masa fecal y los gases hasta su completa eliminación.

 
El proceso de eliminación puede verse truncado y el bebé puede sufrir trastornos gastrointestinales como gases, cólicos y estreñimiento. No están claras las causas de por qué puede suceder esto. Algunos autores lo relacionan con una inmadurez del sistema digestivo, que necesita cierto tiempo para adquirir el ritmo apropiado. Otros afirman que el bebé acumula tensiones en el vientre y algunos explican que es la inmadurez del sistema nervioso la responsable de que no funcione directamente el sistema, porque no sabe aún regular el tono y los movimientos del intestino.

Sea como fuere, los movimientos reflejos que todos poseemos no aparecen, y se recurre a estas contracciones dolorosas para movilizar el contenido. Además, estos bebés suelen ser más sensibles a los estímulos que les llegan tanto del exterior de su cuerpo, como del interior y hay que ser más pacientes con ellos.

Consejos para los padres y soluciones.

 
Existe un método llamado "El método Rubio" inspirado en la osteopatía, que se basa en ejercer presiones suaves en puntos concretos del vientre del bebé. Con esta terapia se consigue relajar y equilibrar el sistema intestinal con lo que mejora el tránsito, la evacuación de gases, el eructo, el reflujo y la calidad de las tomas y del sueño. Generalmente, basta con dos o tres sesiones para resolver el problema. Este tratamiento lo deben realizar profesionales llamados terapeutas del método Rubio. Aunque también los padres pueden realizar algunas acciones en casa que beneficien a su bebé. 
 
¿Qué pueden hacer los padres para ayudar al bebé?.
 
Es recomendable observar al bebé durante la crisis, probar diferentes posturas, y métodos para aliviarle y anotar los resultados obtenidos. Algunos padres han notado que su bebé se calma en la postura bocabajo, o sobre su pecho,
otros creen que después de un baño caliente o tras ponerle una toalla caliente en el abdomen su bebé se encuentra mejor, hay otros que afirman que su bebé se consuela cuando le mecen en brazos o con el vaivén de una mecedora. Se ha comprobado que portear al bebé también facilita la digestión, el reflujo y disminuye la incidencia de los cólicos.
 

Desde la asociación Internacional de masaje infantil proponemos un masaje específico para los cólicos, los gases y el estreñimiento que tiene la finalidad de activar el ritmo intestinal y facilitar la expulsión de los gases y las heces. Esta secuencia se enseña a los padres en los talleres de masaje infantil para que la realicen en casa. Es fundamental la constancia y hay que repetirlo 2 veces al día durante un mínimo de dos semanas. Podrán ver los resultados; en el caso de los gases desde el primer día, y en el caso de los cólicos aunque los efectos empiezan desde el primer día, la mejoría es progresiva  e irán notando una disminución de los síntomas hasta su completa desaparición. Cosa que es habitual que suceda en torno a las dos semanas.

Es importante tener en cuenta antes de dar el masaje que el bebé no tiene que tener tensos los músculos del abdomen porque en ese caso no se conseguiría estimular el intestino con los movimientos, ya que la capa muscular haría de barrera. Por eso es mejor no realizar el masaje durante el episodio del cólico sino antes. Se debe observar al bebé y anotar la hora a la que se desencadena la crisis para así anticiparse y dar el masaje en prevención, para que ésta sea más liviana.

Es fundamental que los padres a la hora de realizar el masaje estén relajados, ya que si ellos no lo están, no podrán trasmitirle ese efecto al bebé. Y si este no consigue relajarse no podrá expulsar los gases y será imposible estimular su intestino. Es conveniente realizar alguna técnica de relajación antes de dar el masaje. Por ejemplo; Tras hacer unas cuantas respiraciones abdominales se pueden imaginar en un lugar agradable y visualizar a su bebé feliz y relajado junto a ellos. Si esto fuera demasiado difícil porque resulte imposible imaginar al bebé tranquilo, pueden recordar alguna escena donde se sintieron felices, hubieran reído o simplemente les hubiera parecido placentera. Esto seguramente ayudará a los padres a cambiar de estado de ánimo y a liberar tensión.

 
Por último, como ya hemos comentado en otras ocasiones, es fundamental acompañar al bebé durante el llanto. Los padres son la figura en la que se refugia su hijo ante el dolor  y malestar, y donde busca consuelo. Y aunque les pueda parecer que no pueden hacer nada para consolarse, ya es de por sí una gran ayuda el permanecer a su lado en esos momentos tan duros, ofreciéndole su apoyo y su calor.


Si estás interesado en el tratamiento del método Rubio o en los talleres de masaje infantil para aprender el masaje de cólicos, pídenos información.



Alicia de la Fuente Jiménez

Fisioterapeuta, educadora de masaje infantil por la Asociación internacional de Masaje infantil y terapeuta del Método Rubio

675 96 59 02, aliciadfj@yahoo.es

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